Un día me telefoneó la que considero aún hoy mi mejor amiga, estaba nerviosa,no sabía cómo decirme que estaba embarazada ,sin pretenderlo, casi sin querer...como cualquier matrimonio joven se dejó llevar por la pasión una noche...solo una noche.y estaba embarazada,por supuesto me alegraba por ellos,pero mi pena era aún mayor si cabe por la suerte que me a mi me tocaba...Luchar tanto por lo que para otras parejas era tan fácil y natural.
Otra de mis amigas que no sólo estaba al corriente de mis pasos ,me acompañaba a consultas, trataba a menudo de consolarme diciendo que no entendía ese fervor por ser madre,que a ella no le importaría lo más mínimo no poder tener hijos.
Un día me vino contando que debía dejar los anticonceptivos por prescripción médica,una semana después ya tenia un atraso y a los pocos días , que aquella semana iría a la matrona para asegurarse.A mi aquello me sonó muy raro.Me pidió que no lo contase porque quería estar segura antes de decírselo a la familia.
Al día siguiente vi a su madre, estaba muy contenta porque iba ser abuela,estaba claro que mi amiga no había sido sincera conmigo,y fui atando cabos, recordé que en diciembre dejó e fumar,estaba segura que había planificado quedarse embarazada,que cuando me lo contó a mi estaba por lo menos de 8 semanas,y por supuesto no me lo contó antes que a su familia como pretendía hacerme creer.
Como 2 más 2 son 4 la fecha del parto despejó todas mis dudas,estaba de más de dos meses cuando me lo dijo.
Me dolió mucho que habiéndole contado yo todo sin reservas ,día a día, con detalle,ella me ocultara y mintiera.
Rara vez en una amistad das y recibes en la misma medida,y eso duele.
Habrá quien la justifique porque quizás lo hizo por no hacerme daño,pero a mi,me gusta que me digan la verdad,ya veré si duele o no.
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